LA
REAL AUDIENCIA DE QUITO, 10 DE AGOSTO DE 1809, SE DECLARÓ EL PRIMER GRITO DE
INDEPENDENCIA.
La noche del 9 de agosto de 1809, un grupo de personas
integrantes de la sociedad criolla de Quito se reunió en la casa de Manuela
Cañizares para definir una estrategia. Cuentan que esa madrugada, ante la
desmotivación de algunos de los presentes, Esa madrugada se conformó la Junta
Soberana de Gobierno, que tuvo como autoridades principales al Marqués de
Selva Alegre, Juan Pío Montúfar, y al obispo José Cuero y Caicedo,
como presidente y vicepresidente respectivamente. Los doctores Juan de Dios
Morales, Manuel Rodríguez de Quiroga y Juan Larrea fueron nombrados como
secretarios de Estado, despachos de lo Interior, de Gracia, Justicia y
Hacienda.
Muy temprano, el doctor Antonio Ante, secretario general de la Junta de Gobierno, visitó a don Manuel Urriez, Conde Ruiz de Castilla y presidente de la Real Audiencia de Quito, para comunicarle que la Junta de Gobierno lo relevaba de sus funciones.
Entre tanto, el coronel Juan de Salinas, al mano de las fuerzas militares, declaraba la lealtad a la Junta de Gobierno y al rey Fernando VII.
Muy temprano, el doctor Antonio Ante, secretario general de la Junta de Gobierno, visitó a don Manuel Urriez, Conde Ruiz de Castilla y presidente de la Real Audiencia de Quito, para comunicarle que la Junta de Gobierno lo relevaba de sus funciones.
Entre tanto, el coronel Juan de Salinas, al mano de las fuerzas militares, declaraba la lealtad a la Junta de Gobierno y al rey Fernando VII.
Ese día, 10 de Agosto de 1809, un grupo de criollos
quiteños manifestó su decisión de constituir un gobierno soberano. No se trata,
sin embargo, de un hecho aislado. Es, más bien, la consecuencia de una serie de
sucesos previos. Eventos como la revolución de las Alcabalas, la de los
estancos, los motines de los indígenas contra la Corona habían sembrado ya
la idea de la revolución en las colonias que se hallaban sometidas a
las decisiones de la corona española. La invasión de Napoleón que llevó a la abdicación del rey Carlos IV a
favor de su hijo Fernando VII, y la cesión de este último del trono a Napoleón
I puso en caos a España en 1808. Por este hecho se formaron en todo el reino
español juntas de gobiernos populares para defender a su rey y su pueblo. En
América, que estaba bajo el mando español, también se conformaron. Ya Estados
Unidos había conseguido su independencia y en los círculos criollos
se hablaba de la Revolución Francesa.
Entre los intelectuales y otros grupos de élites criollas
quiteñas se habían dado ya algunas reuniones para hablar de la situación social
y económica de los pueblos, los sucesos de España y Francia, entre otros temas.
Sin embargo, los denunciaban y terminaban en la cárcel.
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